Ex directivos de Casa Cuna investigados por robo infantil durante la Dictadura
Tomás Muolo y Marcelo Lozano se intercambiaban cargos directivos desde la dictadura hasta 2013, y están sospechados de adopciones ilegales que podrían ser de hijos de desaparecidos.
Hace unos días la Secretaría de Derechos Humanos ha recibido una serie de libros de la Asociación Civil Casa Cuna, los cuales contienen información confidencial que será clave para el avance de las causas judiciales por delitos de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Se trata de un total de 20 libros con registros de la entidad a partir de 1976, que se encuentran bien conservados.
Casa Cuna es un Hogar de la ciudad de Santa Fe con casi 80 años de historia, y con miles de niños santafesinos que la habitaron y la habitan. Fue creada por el padre Alfonso Durán, alarmado por el hallazgo de bebés en estado de abandono o muertos en la década del ‘30 del siglo pasado.
Lo que no es de público conocimiento sobre esta prestigiosa institución es su probable función macabra durante los años de la última dictadura militar, porque fue reciente el hallazgo de la Subsecretaría de la Niñez provincial de expedientes con adopciones irregulares, realizadas por sus directivos.
Éstos directivos fueron los mismos durante la Dictadura y durante los siguientes treinta años, y como fuentes judiciales aseguran, “Eran Tomás Muolo y Marcelo Lozano, que se intercambiaban los cargos de presidente a secretario o a tesorero”.
Luego, a mediados de 2013, Lozano renunció, porque la Subsecretaria de Niñez inició un expediente sobre las adopciones irregulares, que concretamente consistía en entrega de niños a personas sin papeles legales. Por lo cual se puede encontrar en los libros de registros de Casa Cuna algún caso de extracción ilegal de bebés e hijos a jóvenes desaparecidos durante aquellos años.
Luego de la renuncia de Lozano, a fines de 2013 asumió una nueva comisión que se comprometió a buscar todo documental que sirva a aclarar dichas irregularidades. “Los libros entregados a la Secretaría de Derechos Humanos fueron encontrados en la oficina de la asistente social del Hogar, María Gabriela Rolón, esposa del ex presidente Lozano”, aseguran fuentes cercanas a la institución.
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