Por Ariel Goldvarg
En el mundo de los emprendedores, start ups e innovación nos encontramos con muchos expertos y referentes que nos encandilan con su conocimiento y casos de éxito.
Pensándolo bien, estos personajes también suelen ser vistos en otros espacios. En el fútbol, en la música, en el periodismo y en la política. Sea donde sea, la frase “vender humo” aparece siempre. “Ese tipo es un vende humo” solemos escuchar y comentar. Voy a intentar revisar este concepto para que podamos usarlo en los casos correctos.
El humo es una suspensión en el aire de pequeñas partículas sólidas. De acuerdo a la densidad de las partículas y la temperatura, esas partículas irán moviéndose hacia arriba o hacia abajo. En general son resultado de una combustión y el humo –por diferencia de temperatura- va para arriba. Y al irse para arriba o para abajo no nos deja controlarlo fácilmente.
Vamos a un ejemplo: cuando hacemos un asado solemos terminar con la ropa sucia y con olor, producto de las partículas que no pudimos manipular y que quedaron en nuestra ropa. En definitiva, el humo aparece, se mueve y se va, dejando olores, manchas, pero nada en nuestras manos.
¿Y?
El humo y las expectativas tienen mucho en común.
Las expectativas son algo así como “lo más probable que suceda” o “lo que pensamos que va a pasar” y es común que aparezcan ante proyectos de calibre o eventos que pueden cambiar en parte nuestra vida. Pero una vez que sucede lo que realmente sucede, las expectativas se transforman en frustración o entusiasmo.
La expresión “vende humo” hace referencia a la generación de expectativas sin bases sólidas que las respalden. Gente que promete sin respaldo. Personas que con micro-cositas (micropartículas) garantizan montañas de resultados. Conferencistas que arman una teoría en base a un comentario que escucharon en el colectivo.
La analogía con el humo y las expectativas también se cumple en cuanto a lo tóxico. Tantas partículas dispersas en la vida de uno (y de otros!) puede provocar una intoxicación e incluso parálisis por tanta espera y poca acción.
Para cerrar la idea: ¿Cómo nos damos cuenta si alguien está o no vendiendo humo? (supongamos que hablamos del mundo de los negocios, la innovación y los emprendimientos)
Antecedentes en la materia
- ¿Hace mucho que estás trabajando o vinculado a proyectos de este tipo?
- ¿Hiciste alguna prueba piloto?
- ¿Cómo te fue?
Generación de comunidad
- ¿Pudiste poner el proyecto por delante de tu nombre?
Efectos visibles
- ¿Lograste cambiar el status quo?
- ¿Qué indicador usas para comprobarlo?
Si alguna o todas esas respuestas son afirmativas, no estaríamos en presencia de venta de humo sino de alguien que lo está intentando y que cuenta con partículas mas grandes.
(*) Ariel Goldvarg es fundador y director de la consultora Goldvarg Ingeniería. Hace años que mantiene su blog Innovolando, entre muchas otras cosas que podes conocer en su perfil. Esta es su segunda publicación como columnista de Info341.com
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