Argentina podrá determinar cuánto contamina su espacio aéreo
Como resultado de un trabajo conjunto entre profesionales y becarios del Centro INTI-Aeronáutica y Espacial y la ANAC se desarrolló un software que puede medir los gases contaminantes de los aviones que circulan en cielo local.
Recientemente, el Centro INTI Aeronáutico y Espacial entregó a la ANAC una primera versión del Programa para realizar pruebas. La iniciativa surgió en un contexto internacional que tiene como meta disminuir las emisiones de gases invernadero de todas las aerolíneas involucradas en el transporte aéreo comercial.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) tiene como meta para el 2050 reducir las emisiones de la actividad aeronáutica de transporte casi en un 50% a las registradas en 2010. Argentina, través de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), viene trabajando en esa dirección y para ello, desde 2012, el INTI interviene como su brazo tecnológico, respaldando las acciones de mitigación que se llevan adelante.
En este marco, el Centro INTI Aeronáutica y Espacial tomó la iniciativa de crear un programa para el cálculo de las emisiones de gases invernadero, ya que si bien existían datos generales sobre la actividad, no se contaba con ningún software que cuantificara las emisiones gaseosas producidas por el tráfico aéreo -doméstico e internacional- en la Argentina.
Para desarrollarlo, los profesionales del INTI tomaron como referencia el sistema de cálculo propuesto por la Agencia Europea de Medio Ambiente, en el que existen varios niveles de cálculo en función a los datos disponibles de la actividad. A su vez, el software cuenta con una base de datos de libre acceso provista por la Organización de Aviación Civil Internacional, que contiene información sobre determinados modelos de avión en diferentes estados de operación, y que incluye además la fase aterrizaje y despegue. Estos datos se obtienen empíricamente de vuelos y también como resultado de simulaciones.
El trabajo que realizaron los expertos del INTI consistió en desarrollar un simulador de emisiones sobre una plataforma de software de cálculo libre, que permite obtener diferentes datos: puede, por ejemplo, considerar sólo movimientos en zonas aeroportuarias, tomando como información la cantidad de maniobras y modelos de aeronaves que operan en un período determinado, para luego obtener el volumen de emisiones en ese lugar. O bien, pueden estipularse distancias de vuelo sobre un modelo de una aerolínea particular y, de esa forma, calcular el volumen de emisiones en toda la ruta.
Estos datos se cargan al programa y, con la información que el software ya tiene en su base, realiza la medición y da a conocer en forma teórica las emisiones, por ejemplo, la de dióxido de carbono que emite el aeropuerto donde están realizándose las operaciones.
El proyecto desarrollado en el Centro puede considerarse el primer paso para contar con un registro de emisiones de la actividad aérea, que hasta el desarrollo de este software no existía, y que redundará en una mayor capacidad para estudiar, discutir y comparar resultados, o bien, para simular futuros escenarios.
Se prevé que en el futuro la actividad podrá adoptar un mercado de bonos de emisiones, esto significa que, en líneas generales, cada compañía aérea tendrá un cupo asignado de emisiones permitidas anualmente y, al excederse del límite, deberá canjear bonos con otras aerolíneas que no lo hayan superado (Mercado Internacional de Bonos de Carbonos).
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