¿De qué se trata el Thinking Design?
En algunas oficinas de Rosario ya aplican esta tendencia en diseño que hace furor en el mundo. Se basa en ambientes con enfoque holístico mejoran la productividad.
Cuando Erika Carello decidió irse de viaje a Nepal no pensó que la expedición significaría un giro de 180 grados en su carrera profesional. Durante ocho años había trabajado en el área de administración de empresas de una multinacional, pero después se volcó al paisajismo y, luego de su travesía por los Himalayas, se conectó con la tendencia que hoy hace furor en el mundo: el Thinking Design, lo empezó a aplicar en Rosario y logró unir sus dos profesiones al llevarlo a las oficinas.
Con su empresa, Paisajes Nómades, diseñan ambientes percibiendo a la naturaleza como parte de nosotros mismos. “Agregando valor arquitectónico y artístico, creamos ambientes y sensaciones, en espacios naturales que nutren y reflejan a sus habitantes. Somos seres naturales, y por lo tanto sentimos bienestar en ambientes naturales”, explicó Carello.
“En las ciudades a causa de la cantidad de objetos artificiales nos cuesta controlar nuestra mente, emociones, sentimos menos energía, y todo eso sucede porque esa ‘artificialidad’ circundante nos atraviesa. Principalmente en un espacio de trabajo como las oficinas, somos invadidos por lo artificial, y eso puede perturbar nuestra mente y emociones, y luego afectar nuestro cuerpo”, detalló.
Pero el “thinking desing” se propone cambiar eso naturalizando y humanizando el espacio, de acuerdo a las sensaciones, percepciones, y necesidades de cada uno. “Y no es necesario transformar el escritorio en un portamacetas, o cambiar la alfombra por césped, o sentarse en posición de Yogui en algún momento, no hablo de eso, sino que podemos generar un ambiente de trabajo más natural, más humano, modificando la ubicación de muebles existentes, agregando elementos naturales, sacando otros elementos, y creando espacios sensibles y funcionales, para permanecer y circular de un modo más relajado y abierto”, aportó la especialista.
“Para lograr este tipo de diseño el usuario participa de forma igualitaria al diseñador en el proceso, y para lograrlo el diseñador puede sentirse como un espejo, con una sensación de unidad, que no significa unión, porque en unidad no hay separación, entonces no hay nada que unir, y así desde ese estado de unidad el diseñador refleja el espacio adecuado basándose principalmente en la incorporación de vegetales y otros elementos naturales, que nutra y represente a sus usuarios”, agregó.
Además, Carello aseguró que trabajar en un ambiente menos artificial y más humano genera en los empleados una sensación de equidad interna, produce bienestar, mejora la productividad, incrementa la creatividad, y también influye positivamente en la imagen institucional.
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