Estacioneros denunciaron “abusos” de las tarjetas
Los estacioneros de la provincia de Santa Fe denunciaron a Prisma Medios de Pagos S.A., propietaria de las tarjetas VISA, por posición dominante y rechazaron las altas comisiones que afrontan por la venta de combustibles con “plástico”.
La Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni) avanzó en tres frentes simultáneos. Presentaron una denuncia en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, iniciaron una demanda en el ámbito de la Justicia nacional comercial y reclamaron el tratamiento de un proyecto de ley para reducir los costos. “El motivo de las presentaciones es poner fin al abuso de posición dominante que ejerce la dueña de VISA, debido a los extendidos plazos de acreditación por las ventas con tarjeta de crédito y los altos aranceles que cobra visa a las estaciones de servicio por éstas operaciones”, enfatizaron los empresarios santafesino.
Las acciones de Faeni fueron respaldadas por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), que preside Carlos Gold.
Según aseguraron desde la entidad provincial, Prisma controla casi el 70% de las operaciones con tarjeta de crédito y débito en la Argentina y alertaron que la situación en las estaciones de servicios del Interior es dramática. “Del precio de venta de los combustibles el 54% se lo lleva el costo del fluido; los impuestos (sobre los combustibles, IVA, débitos y créditos bancarios, ingresos brutos y tasas provinciales) suman otro 36%”, subrayaron.
“De lo que queda todavía hay que pagar los sueldos, cargas sociales, gastos de mantenimiento y de seguridad. Por lo tanto, a las estaciones de servicios apenas les quedan un par de puntos de utilidad. En ese escenario el 1,25% que les cobra VISA (Mastercard y otras: el 1,3%) resulta demoledor”, agregaron desde la Federación, que lidera Alberto Boz, actual vice de Cecha.
Los estacioneros recordaron que las comisiones de Prisma no tienen comparación con otros países. “No sólo son muy superiores en los países del primer mundo (Australia, Canadá, Estados Unidos y de la Comunidad Europea) sino que también lo son respecto a las que se perciben en casi todos los países de América Latina”, sostuvieron.
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