Estudiantes diseñaron un dispositivo para personas con discapacidad visual
El aparato de bolsillo avisa cuándo pueden cruzar la calle,se puede hacer fácilmente y tiene un bajo costo. Funciona con luz y sonido y se activa usando una radiofrecuencia de 10 metros.
Los alumnos de la escuela secundaria N° 569 “Carlos Fuentealba” del barrio Santa Lucía de la ciudad de Rosario crearon el proyecto “Fronteras sin límites”, iniciativa a través de la que ya diseñaron un dispositivo de bolsillo que da aviso a los peatones con discapacidad visual cual es el momento en que están habilitados para cruzar de vereda.
Este proyecto tiene un objetivo concreto: ayudar a las personas ciegas y con disminución visual a cruzar la calle sin ayuda de un tercero, usando un dispositivo de bolsillo que funciona con luz y sonido, y que se activa usando una radiofrecuencia de 10 metros.
Verónica Tolosa, docente de lengua y coordinadora del Programa Conduciendo Conciencias Viales, explicó que la idea nació luego de varias actividades, en las que los alumnos reflexionaron sobre la seguridad vial desde una perspectiva social, poniendo el énfasis en las conductas no como actos individuales sino como un producto de la sociedad actual.
“A partir de la primera unidad de formación, los chicos salieron a la calle a observar cuales eran las conductas que teníamos como peatones, y le quisieron agregar un aditamento que pasaba si esa persona no podía ver o si tenía una discapacidad auditiva”, señaló la docente del proyecto que se presentó en el Concejo Municipal, y posteriormente en la legislatura provincial.
La experiencia empezó a delinearse cuando el grupo de alumnos realizó un trayecto desde el barrio hasta el centro, utilizando el colectivo y luego caminando, con un alumno con los ojos vendados, el cual era guiado por sus compañeros. “Empezaron a encontrarse con los inconveniente de no poder ver, de tener que agudizar el oído para poder manejarse, el resto del grupo tenía que conducirlos como corresponde, teniendo en cuenta los obstáculos en el espacio público”, explicó Tolosa.
La vivencia de los chicos se completó con una entrevista en la peatonal Córdoba con una pareja de ciegos que utilizaba bastones blancos y verdes, y en ese marco las personas con discapacidad visual plantearon la necesidad de tener un dispositivo que les permita cruzar las calles con mayor tráfico vehicular.
“Querían tener un dispositivo de bolsillo que avise cuándo las personas ciegas quieran cruzar con un mecanismo similar al de una alarma, con un costo menor y sin alto impacto sonoro”, contó la docente que la única referencia de una herramienta similar es el dispositivo utilizado en la ciudad autónoma de Buenos Aires.
Los alumnos tomaron la posta y armaron el proyecto con la colaboración de los alumnos de la escuela técnica N° 4, quienes se encargaron de la fabricación del dispositivo. Se buscó un dispositivo individual que pudiera producir sonido y al mismo tiempo un impacto visual, y que “esté instalado en cualquier esquina sin necesidad de que esté necesariamente en un semáforo para que la persona pueda activarlo a partir de una radiofrecuencia de 10 metros”, detalló Ariel, uno de los alumnos del curso.
El dispositivo se realizó con materiales reciclables y tiene un costo aproximado de 300 pesos, una diferencia notoria si se compara con la herramienta que se utiliza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuyo valor es de 1.500 pesos.
En lo electrónico se utilizó material de importación. “Los alumnos postulaban que se podía hacer lo mismo con un celular, utilizando un mecanismo similar al que la provincia pensó para las mujeres que sufren violencia de género”, señaló Tolosa, dejando en claro que el dispositivo puede ser perfeccionado tecnológicamente.
El programa Conduciendo
El programa de formación Conduciendo Conciencias Viales, organizado en forma conjunta por el Ministerio de Educación y la Agencia de Seguridad Vial, se implementa hace dos años en las escuelas oficiales de Santa Fe, y es pionero en el país en la capacitación e incorporación de contenidos de seguridad vial desde el aula.
En el año 2013, este proceso se inició en 100 escuelas secundarias orientadas y de educación técnica de gestión privada y pública, con la capacitación de docentes de 5° año en temáticas como normativa vial, leyes de tránsito nacional y provincial, seguridad vehicular, expresión artística, nuevas tecnologías, y lenguajes de comunicación.
En una segunda instancia, los docentes trabajan en forma transversal y desde distintas áreas con los alumnos de 5° año, abordando los contenidos para la obtención de la primera licencia de conducir de auto o moto.
La última etapa consiste en que los jóvenes rindan un examen teórico similar al que se realiza en los Centros de Habilitación de Conductores y los que aprueban reciben una constancia de certificación que homologa el curso teórico obligatorio para la obtención de carnet.
La novedad del programa -además de lo provechoso para los futuros conductores que aprendan en la escuela y homologuen el curso obligatorio del carnet de conducir- es la posibilidad de que prosperen otras iniciativas que apunten a la reflexión y al cambio en la apropiación del espacio público como peatones o conductores.
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