Fitosanitarios: La iniciativa del PJ propone dificultadas y contradicciones
Por Susana García
Los proyectos vigentes en la cuestión evidencian las diferentes posturas que difieren entre la regulación de los fitosanitarios y su prohibición. El núcleo de las disidencias son las aplicaciones aéreas.
Creemos en la necesidad de reformar la ley de fitosanitarios, necesitamos una regulación y no prohibición de las aplicaciones ((sean aéreas o terrestres). La Iniciativa planteada por el Pj propone serias dificultadas y contradicciones.
Una de ellas es de tipo más estructural, basada en el modelo de producción y sus características. En concreto, nadie podría oponerse a la agroecología, pero para su fomento hace falta también un marco nacional que se ocupe, no solamente desde lo agropecuario sino también desde la política económica, tributaria, cambiaria y comercial.
Esto no sucede, todo lo contrario, en la última década se ha fomentado el monocultivo y concentrado la producción agropecuaria como nunca antes en la historia argentina. Como ejemplo, la Ley 25.127, de Producción Orgánica Nacional, es del año 1999 en el marco de otro sistema productivo y con otros tipos de sujetos agrarios. Por lo tanto, la iniciativa de prohibición total aparece muy principista e inaplicable en el actual modelo agrario tanto provincial como nacional.
Hasta parece contradictorio, los que proponen la eliminación del uso de fitosanitarios se oponen a las propias medidas nacionales adoptadas; como el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y Federal (PEA) 2010-2020, que tenía como meta llegar en 5 años a 157,5 milllones de toneladas. La pregunta sería ¿cómo lo harán sin avanzar sobre más tierras o aplicar fitosanitarios a las semillas genéticamente modificadas? Pareciera que el relato y la realidad van divorciados.
La reforma de la ley de fitosanitarios en la Provincia de Santa Fe debe ser coherente con nuestra realidad productiva y no caer en fanatismos o contradicciones que nada tienen que ver con la trama productiva de nuestros pueblos y ciudades. Para nosotros es fundamental el anclaje con el territorio y el desarrollo local. Por ello, antes que prohibir es mejor regular, controlar e implementar herramientas efectivas para la generación de puestos de trabajo genuinos, producción de alimentos y conservación de suelo.
La agricultura peri urbana, la educación agroecológica, el ordenamiento territorial, la zonificación de ciertas áreas y producciones son cuestiones centrales en éste debate. Incluso hemos presentado proyectos al respecto como la ley de fomento de Desarrollo Rural.
Sin embargo, para nuestra perspectiva, hay que regular y limitar la aplicación de fitosanitarios de manera controlada, respetando las clases toxicológicas de los productos y distancias, por lo que no quedarán áreas improductivas, sino que cada Comuna y Municipio, establecerá con los propios actores el tipo de producción o resguardo que considere. Otra de las formas es fomentando las producciones alternativas, que también presentamos un proyecto de ley.
La agroecología debe ser un instrumento más del desarrollo rural, no el único y determinante, ya que no se puede ignorar los avances en la ciencia y la biotecnología agropecuaria y agroalimentaria. Resulta peligroso divorciar la producción y el medio ambiente ya que no es una perspectiva integrada, todo lo contrario.
Esperamos que esta cuestión encuentre el mejor cauce entre las diversas opiniones e intereses. Siempre hemos impulsado el tema porque estamos comprometidos con la actualización de aquellas normas fundamentales para el desarrollo agropecuario.
(*) Susana García es diputada provincial de Santa Fe por la Coalición Cívica.
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