Greenpeace formó una pancarta humana para reclamar por el Ártico
Foto tomada por el equipo de Greenpeace Argentina en la acción por la defensa del Artico, en Buenos Aires.Más de 100 voluntarios, activistas y simpatizantes de Greenpeace Argentina protagonizaron el sábado una actividad global con la frase “YO ♥ ARTICO”, con el fin de exigir a los líderes políticos que protejan la zona del Polo Norte.
La actividad se realizó en el marco de la campaña internacional “Salvá el Ártico” y en el marco de la celebración del Día de la Tierra, el pasado 22 de abril. “Llevamos adelante estas acciones, para defender un ecosistema único y fundamental para la regulación del clima a escala global, hogar de los osos polares y otras especies que están en peligro. Es imprescindible que las empresas petroleras detengan las exploraciones en este ecosistema tan vulnerable”, declaró Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace en Argentina.
A nivel global la acción se realizó en 281 ciudades de 36 países y todas las imágenes, tomadas a 23 mts. de altura, viajarán a Kiruna (Suecia) y serán entregadas a los líderes políticos en la reunión del Consejo del Ártico, el próximo 15 de mayo. En Argentina, las actividades por el Ártico se realizan en Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Rosario y Paraná.
La presión mundial busca lograr la protección del Ártico frente a las actividades que ponen en riesgo su frágil equilibrio medioambiental, como son las prospecciones petrolíferas y la pesca industrial. El Ártico se está derritiendo por el uso de combustibles fósiles y, en un futuro cercano, la región podría quedarse sin hielo por primera vez en la historia del planeta.
“Las compañías de combustibles fósiles siguen teniendo enormes ganancias a pesar de los efectos evidentes del cambio climático. Nuestros políticos están poniendo los intereses corporativos por encima de las advertencias científicas y no están cumpliendo su deber de proteger a la población”, concluyó Prieto.
La semana pasada, 16 activistas de Greenpeace llegaron al Polo Norte y depositaron en el fondo del Mar Ártico una cápsula no contaminante con los nombres de los casi tres millones de personas que exigieron que el Ártico sea declarado área protegida.
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