La reforma tributaria gradual del gobierno
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó un amplio proyecto de reforma tributaria, que de aprobarse implicará gravar la renta financiera, eliminar el impuesto al cheque y a la transferencia de inmuebles, bajar alícuotas a productos electrónicos y vehículos de gama media e incrementarlas a bebidas alcohólicas y azucaradas.
Según sostuvo, la reforma implicará una reducción en la presión tributaria nacional de 1,5 puntos del PBI en cinco años, mientras consideró que al bajar la evasión y crecer la economía, la reforma le costará al Tesoro nacional sólo el 0,3% del PBI.
El ministro brindó los detalles del plan anunciado el día anterior por el presidente Mauricio Macri al hablar en el Centro Cultural Kirchner ante empresarios, sindicalistas y referentes políticos.
Allí, el jefe del Estado adelantó la pretensión del gobierno de implementar profundos cambios en diversas áreas como tributaria, previsional, laboral y política.
En una conferencia de prensa en el microcine del Palacio de Hacienda, Dujovne sostuvo: “Tenemos que mejorar los impuestos que cobramos” y propuso así “un sistema que sea más amigable con los contribuyentes, más equitativo y más igualitario”.
“Además de enfocarnos en el gasto, tenemos que hacerlo en los impuestos”, consideró el funcionario, quien evaluó que la Argentina necesita “un camino gradual de cinco años para la reducción de impuestos”.
Según el proyecto, la alícuota del impuesto interno a los vinos y sidras subirá de 0 a 10%; el de cervezas de 8 al 17% y el de champañas de 0 a 17%.
“Modificaremos alícuotas de impuestos internos, especialmente en productos electrónicos que bajarán al cero por ciento”, señaló e indicó que habrá un “salto adicional para que los precios sean más parecidos a los de otros países del mundo”.
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